Apuñalar a Mateo «como si fuera un videojuego»
Los agentes de Homicidios de la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo transcribieron del presunto asesino de Mateo una confesión reveladora: el joven de 20 años vivió el ataque con arma blanca a Mateo y a sus amigos como si estuviera en un videojuego, «en plan, como otra persona». Su padre sostiene que padece una discapacidad intelectual del 70 %, lo cual aún debe confirmarse en una pericial oficial. Todo parece indicar a que la alianza entre las adicciones tecnológicas y los trastornos mentales acarrean riesgos potenciales para el enfermo y para el conjunto de la sociedad.
En Grupo Guadalsalus entendemos que estos hechos merecen una reflexión que atienda a sus causas de forma profunda. Solo así encontraremos formas de, quizás, prevenir futuros hechos tan dramáticos:
- Las pantallas hacen el agosto. Estamos viviendo uno de los meses con más abuso de lo que, de forma genérica, se viene a denominar "pantallas". Televisión, tablet, ordenador, smartphones, videojuegos, internet y redes sociales centran el único interés de muchos adolescentes y jóvenes durante los meses de vacaciones escolares y las olas de calor.
En las encuestas de nuestro voluntariado corporativo en centros de educación primaria e institutos, hemos comprobado que en verano se ha naturalizado dedicar a las pantallas una media de un tercio (1/3) del tiempo que se está despierto. No obstante, aquí hay que apuntar que para hacer uso del móvil, por ejemplo, se reducen las horas de sueño con sus consiguientes consecuencias en adolescentes y jóvenes (problemas de sueño, aislamiento, sedentarismo, ansiedad y depresión, irritabilidad, bajo rendimiento académico, riesgo de ciberacoso o exposición a contenidos inapropiados, problemas de concentración, agresividad, dificultades para gestionar el tiempo, etc.).
Es importante que los padres y educadores tomen medidas para limitar el tiempo de uso de la tecnología y promover actividades que fomenten el desarrollo integral de los niños, adolescentes y jóvenes, como el deporte, la lectura y las interacciones sociales cara a cara.
- El uso prolongado de pantallas no es un nuevo estilo de vida, es una adicción. Existe un debate sobre la conveniencia o no de incorporar las nuevas tecnologías de la información, comunicación y relación a nuestra vida diaria. Como especialistas en adicciones, lo que podemos aportar a este debate es la siguiente idea: las nuevas tecnologías no son un instrumento neutro, crean adicción. Esto parece algo ampliamente aceptado, pero entonces ¿por qué ponemos un móvil en las manos de un niño y no ponemos una copa de vino o un cigarrillo? Los 3 harán su efecto desde el primer momento en el centro de placer del cerebro, pudiendo crear dependencia o, en el peor de los casos, desarrollar una adicción.
Además, aunque no se haya desarrollado una tecnoadicción, el exceso de horas dedicado a las pantallas impide un desarrollo psicológico armónico y saludable, sobre todo en los niños y adolescentes.
- La tecnoadicción o ciberadicción tiene una relación muy estrecha con los algunos trastornos psicológicos. La tecnoadicción, entendida como la dependencia excesiva o adicción a la tecnología, puede estar estrechamente relacionada con varios trastornos psicológicos como la ansiedad, la depresión, el FOMO (Fear of Missing Out) o miedo a perderse algo importante en las redes sociales, trastornos del sueño y alteraciones del ritmo circadiano, vinculación con una imagen corporal ideal y trastornos de alimentación, agravamiento del TDAH, problemas de atención y concentración, impulsividad y Trastornos Obsesivos Compulsivos (TOC), trastornos de personalidad por dependencia a la valoración recibida en línea o, directamente, el desarrollo de un trastorno adictivo.
La ciberadicción se caracteriza por el uso compulsivo de internet, que puede interferir con la vida diaria y las responsabilidades. Está asociado con síntomas de abstinencia, como irritabilidad y ansiedad, cuando no se puede acceder a la tecnología.
- Advertencias cumplidas y riesgos potenciales. La ciberadicción puede llevar a una confusión entre lo real y lo virtual, un fenómeno que tiene implicaciones profundas para la percepción, las relaciones sociales y la identidad de una persona. Este tipo de confusión ocurre cuando una persona empieza a percibir la realidad virtual, como las experiencias en línea, los videojuegos o las redes sociales, como más reales o significativas que el mundo físico. ¿Cuáles serían las posibles consecuencias de estas distorsiones cognitivas? Algunas de ellas nos darán una comprensión más profunda del caso del presunto asesino de Mateo:
— Relación con otros trastornos psiquiátricos:El padre del presunto asesino de Mateo asegura que su hijo tiene una discapacidad psíquica del 70%. La tecno o ciberadicción puede ser el detonante que haga debutar determinados trastornos psiquiátricos y, sin lugar a dudas, agrava los ya existentes.
— Desrealización: En sus declaraciones asegura que vivió el apuñalamiento como si lo estuviera protagonizando otra persona, literalmente «en plan, como otra persona». Las personas ciberadictas pueden experimentar una sensación de irrealidad respecto al mundo físico. Pueden sentirse desconectados o distantes de su entorno físico, viendo el mundo real como menos significativo o tangible en comparación con sus experiencias en línea.
— Despersonalización: Percibió la experiencia como si estuviera en un videojuego. Los individuos pueden sentir que su identidad está más vinculada a su "yo digital" que a su "yo real". Esto puede manifestarse en una fuerte identificación con avatares, perfiles en redes sociales o personajes en videojuegos, lo que lleva a una disociación de su identidad física.
— Dificultad para interactuar cara a cara: Sus vecinos definen al presunto asesino de Mateo como un joven «raro y huraño». Las relaciones formadas en línea pueden parecer más auténticas o gratificantes que las interacciones cara a cara. La ciberadicción puede reducir la capacidad de una persona para manejar interacciones sociales reales, lo que puede provocar ansiedad social, aislamiento y un mayor retiro hacia la vida digital.
— Erosión de los límites entre lo real y lo virtual (conductas de riesgo): El presunto asesino de Mateo percibió la experiencia como si estuviera en un videojuego. «No sé... En plan, como otra persona». La confusión entre lo real y lo virtual puede llevar a la adopción de comportamientos arriesgados o inapropiados en la vida real, basados en normas y consecuencias percibidas en el mundo digital, donde las acciones pueden no tener las mismas repercusiones.
— Desensibilización: Como si estuviera en un videojuego. La exposición prolongada a contenidos violentos o extremos en línea puede desensibilizar a las personas hacia la violencia o el sufrimiento en la vida real, distorsionando su percepción de lo que es aceptable o realista.
— Confusión de identidad: «Como otra persona». La ciberadicción puede llevar a una crisis de identidad, donde la persona lucha por diferenciar entre su verdadera identidad y la identidad construida en línea. Esto es especialmente común en entornos donde los usuarios pueden adoptar diferentes personalidades o avatares.
Guadalsalus advierte que el abuso de las nuevas tecnologías puede generar un trastorno adictivo (tecnoadicción) con graves consecuencias para la vida de las personas. Además, el abuso, dependencia o adicción tecnológica es un potenciador que exacerba los trastornos mentales. Como hemos comprobado, la ciberadicción y la consiguiente confusión entre lo real y lo virtual pueden tener efectos profundos en la salud mental y el bienestar general.
Para prevenir estos desórdenes es necesario…
- Establecimiento de límites: Fomentar el uso saludable de la tecnología, incluyendo límites de tiempo y desintoxicaciones digitales, puede prevenir el desarrollo de adicciones y trastornos psicológicos relacionados.
- Estructuración saludable del tiempo: Promover actividades culturales y ocio saludable durante el día. Reservar espacios para el deporte, la lectura, el paseo o actividades lúdicas en familia, etc. Limitar el tiempo de uso de la tecnología y promover actividades en el mundo real puede ayudar a restablecer un equilibrio saludable entre las dos esferas.
- Fomento de la conciencia crítica: Es importante ayudar a las personas a desarrollar una conciencia crítica sobre la diferencia entre el mundo virtual y el físico. Esto incluye educar sobre las limitaciones y distorsiones de la realidad que ocurren en el entorno digital.
- Terapia psicológica: La psicoterapia puede ayudar a las personas a reconfigurar su percepción de la realidad y a reconectar con su identidad y experiencias en el mundo físico.