3 Falsas creencias sobre los porros
Muchos padres han consumido marihuana o hachís siendo jóvenes y no han desarrollado una adicción. Ahora, con los años, ven que sus hijos consumen cannabis y le quitan importancia. Sin embargo, la ciencia desmonta 3 falsas creencias sobre los porros:
La adicción es una enfermedad y, por tanto, no es lo mismo que una persona no adicta se fume un porro a que lo haga una persona adicta. ¿Por qué? Porque lo que caracteriza a esta enfermedad es el deseo compulsivo e incontrolable de buscar y consumir. Es decir, ese porro a ti no te generó un desequilibrio, pero si tu hijo es adicto, entonces a él le está abriendo las puertas del infierno.
Si tú eres permisivo, estás ayudando a despertar a la bestia. Te conviertes en un factor externo más que contribuye en la vida de tu hijo al desarrollo de los desórdenes que el consumo de sustancias implica en grandes franjas de tejido neuronal, que afectan a la motivación y el aprendizaje.
Durante la adolescencia se produce la denominada “poda neuronal”. Es decir, se eliminan las conexiones neuronales que no tienen uso (poda) para fortalecer otras zonas del cerebro más necesarias que se siguen desarrollando. Pero el consumo de cannabis altera este proceso generando problemas en la memoria, el aprendizaje y en funciones ejecutivas como la planificación, toma de decisiones, control de impulsos, problemas para mantener la atención, etc.
Además, hay una relación directa entre el consumo de cannabis y la aparición de trastornos psicóticos, como obsesiones compulsivas o brotes esquizoides en adolescentes y jóvenes.
Si tu hijo está comenzando a fumar porros o quizás lleva tiempo expuesto a sus efectos, su salud está corriendo un grave riesgo. Si necesitas asesoramiento para poder ayudarle, llama al 954 353 954 y pide una cita con nosotros. La 1ª Consulta es gratuita. En Guadalsalus sabemos cómo ayudarte.
- ¡Pero si todos fuman!
La adicción es una enfermedad y, por tanto, no es lo mismo que una persona no adicta se fume un porro a que lo haga una persona adicta. ¿Por qué? Porque lo que caracteriza a esta enfermedad es el deseo compulsivo e incontrolable de buscar y consumir. Es decir, ese porro a ti no te generó un desequilibrio, pero si tu hijo es adicto, entonces a él le está abriendo las puertas del infierno.
- Son cosas de jóvenes
Si tú eres permisivo, estás ayudando a despertar a la bestia. Te conviertes en un factor externo más que contribuye en la vida de tu hijo al desarrollo de los desórdenes que el consumo de sustancias implica en grandes franjas de tejido neuronal, que afectan a la motivación y el aprendizaje.
- Es una droga blanda
Durante la adolescencia se produce la denominada “poda neuronal”. Es decir, se eliminan las conexiones neuronales que no tienen uso (poda) para fortalecer otras zonas del cerebro más necesarias que se siguen desarrollando. Pero el consumo de cannabis altera este proceso generando problemas en la memoria, el aprendizaje y en funciones ejecutivas como la planificación, toma de decisiones, control de impulsos, problemas para mantener la atención, etc.
Además, hay una relación directa entre el consumo de cannabis y la aparición de trastornos psicóticos, como obsesiones compulsivas o brotes esquizoides en adolescentes y jóvenes.
Si tu hijo está comenzando a fumar porros o quizás lleva tiempo expuesto a sus efectos, su salud está corriendo un grave riesgo. Si necesitas asesoramiento para poder ayudarle, llama al 954 353 954 y pide una cita con nosotros. La 1ª Consulta es gratuita. En Guadalsalus sabemos cómo ayudarte.