3 visiones erróneas de la adicción
Las adicciones están plagadas de prejuicios e incomprensión aun entre el personal sanitario. La incomprensión social de los adictos es producto de un prejuicio, de la ignorancia y de una mala interpretación, por lo que es tarea de la educación en salud mental combatirla y desmitificar todo aquello que se requiera para reorientar la buena voluntad social.
Veamos 3 de los principales errores a la hora de interpretar la adicción:
En realidad, si el origen del problema fuese socioeconómico, personas de un cierto estatus social y económico privilegiado nunca desarrollarían la adicción. Es más, en un supuesto mundo sin pobreza no habría adicciones.
No obstante, la realidad desmiente de plano tal hipótesis, ya que ninguna sociedad o clase social parece estar protegida frente a la adicción. Hay adictos entre los desfavorecidos y entre los altos ejecutivos de las mayores empresas. Los productos consumidos pueden variar, pero el problema está globalizado. Por eso, en un grupo de terapia van a sentarse gente de todas las culturas, de todas las clases sociales, de todas las edades y con distintos niveles de formación académica.
Pero no es cierto que el origen de la adicción reside en una falta de valores morales y éticos… no es una perversión. También necesitan tratamiento para adicciones personas religiosas o que han trabajado durante mucho tiempo la vida interior, la meditación, el autoconocimiento o que han practicado el yoga. Personas realizadas, con un matrimonio estable, unos hijos preciosos y un trabajo bien remunerado.
La prosopolepsia (de prósopon = “máscara” y lapsus = “error”, “equivocación”) significa confundir al otro con su apariencia o estereotipo social. Es lo que conocemos como una “etiqueta” o “prejuicio”. Se trata de un efecto psicológico que predispone a la distancia y altera, obstruye o imposibilita la buena relación humana, porque genera imágenes falsas, miedos y temores.
Lo peor de estos prejuicios sobre las adicciones es que dan pié actitudes y conductas inadecuadas e injustas. Si, por ejemplo, comprendo la adicción como un vicio, respondo ante ella en forma de castigo, reprensión moral, condena… Por eso, para acabar por fin con esos prejuicios, debemos realizar ejercicios como éste, que nos permiten comparar la realidad y el conocimiento científico versus la ignorancia y su falacia.
Guadalsalus cuenta en con un programa de carácter ambulatorio y otro residencial con el único objetivo de lograr una superación definitiva de la conducta adictiva.
Si quieres ampliar información o recibir orientación profesional, contacta con nosotros. Llámanos al 954 353 954 y pide una cita. La 1ª Consulta es gratuita. En Guadalsalus sabemos cómo ayudarte. Somos tu Centro de Desintoxicación de referencia.
Veamos 3 de los principales errores a la hora de interpretar la adicción:
- La adicción está relacionada con la marginalidad
En realidad, si el origen del problema fuese socioeconómico, personas de un cierto estatus social y económico privilegiado nunca desarrollarían la adicción. Es más, en un supuesto mundo sin pobreza no habría adicciones.
No obstante, la realidad desmiente de plano tal hipótesis, ya que ninguna sociedad o clase social parece estar protegida frente a la adicción. Hay adictos entre los desfavorecidos y entre los altos ejecutivos de las mayores empresas. Los productos consumidos pueden variar, pero el problema está globalizado. Por eso, en un grupo de terapia van a sentarse gente de todas las culturas, de todas las clases sociales, de todas las edades y con distintos niveles de formación académica.
- La falta de realización personal
Pero no es cierto que el origen de la adicción reside en una falta de valores morales y éticos… no es una perversión. También necesitan tratamiento para adicciones personas religiosas o que han trabajado durante mucho tiempo la vida interior, la meditación, el autoconocimiento o que han practicado el yoga. Personas realizadas, con un matrimonio estable, unos hijos preciosos y un trabajo bien remunerado.
- Los problemas familiares
La prosopolepsia (de prósopon = “máscara” y lapsus = “error”, “equivocación”) significa confundir al otro con su apariencia o estereotipo social. Es lo que conocemos como una “etiqueta” o “prejuicio”. Se trata de un efecto psicológico que predispone a la distancia y altera, obstruye o imposibilita la buena relación humana, porque genera imágenes falsas, miedos y temores.
Lo peor de estos prejuicios sobre las adicciones es que dan pié actitudes y conductas inadecuadas e injustas. Si, por ejemplo, comprendo la adicción como un vicio, respondo ante ella en forma de castigo, reprensión moral, condena… Por eso, para acabar por fin con esos prejuicios, debemos realizar ejercicios como éste, que nos permiten comparar la realidad y el conocimiento científico versus la ignorancia y su falacia.
Guadalsalus cuenta en con un programa de carácter ambulatorio y otro residencial con el único objetivo de lograr una superación definitiva de la conducta adictiva.
Si quieres ampliar información o recibir orientación profesional, contacta con nosotros. Llámanos al 954 353 954 y pide una cita. La 1ª Consulta es gratuita. En Guadalsalus sabemos cómo ayudarte. Somos tu Centro de Desintoxicación de referencia.