¿Cómo se categoriza el juego patológico en el DSM-5?
En diversas ocasiones se puede entender que el juego patológico es un simple entretenimiento, una forma de probar suerte y relacionarse con los demás. El problema ocurre cuando ese comportamiento acaba siendo perjudicial para la persona que lo practica. En este caso estaremos hablando de distintos tipos de ludópatas, cuyos actos pueden llegar a interferir de manera negativa en su vida.
El primer reconocimiento de juego patológico se produjo en 1980, cuando la Asociación de Psiquiatría Americana (APA) lo incluyó en su Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM) como una de sus categorías dentro de los trastornos del control de impulsos no clasificados en otros apartados.
Hasta la aparición del DSM-III, se estudiaba este trastorno como juego neurótico, juego compulsivo, juego excesivo, juego adictivo o juego patológico. Pero es en 2013 cuando el DMS-5 incluye el juego patológico en la categoría denominada como trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos.
Este cambio del juego patológico DSM-5 muestra la idea de que los comportamientos del juego activan un sistema de recompensa que pueden ser similares a los que se activan por el consumo de sustancias.
El juego patológico se convierte en la única adicción conductual que se reconoce hasta el momento. A partir de esta revisión del DSM-5, se considera como un trastorno adictivo; a diferencia del anterior Manual que lo consideraba un trastorno por falta de control de impulsos.
Este hecho implica la importancia de aceptar la ludopatía como un problema grave en el que se genera una dependencia y puede estar acompañada de un síndrome de abstinencia, como ocurre con el resto de adicciones (alcoholismo, drogodependencia, tabaquismo…).
Criterios de diagnóstico del juego patológico DSM-5
El juego patológico DSM-5 se manifiesta porque el individuo presenta cuatro o más de los siguientes criterios en un periodo de doce meses:
- Apostar cada vez cantidades más altas de dinero.
- Manifestar nerviosismo cuando se intenta abandonar el juego.
- Acudir a las apuestas como solución al sentimiento de culpabilidad, ansiedad o depresión.
- Mentir para ocultar el grado de implicación del juego.
- Perder relaciones familiares o de amistad, incluso poner en peligro el empleo o situación académica.
- Intentar de manera repetida abandonar el juego sin éxito.
Cuando una persona tiene problemas con la adicción al juego, se ve afectada tanto su vida como la de los familiares. En el caso de que el juego sea problemático, es recomendable pedir ayuda a profesionales. En Guadalsalus, centro para el tratamiento de ludopatía, trabajamos a nivel conductual, cognitivo y emocional para que la persona adicta haga frente a la situación y pueda prevenir y controlar la adicción a las apuestas.