Duración del síndrome de abstinencia de las benzodiacepinas
El síndrome de abstinencia de benzodiacepinas se caracteriza por un conjunto de síntomas psíquicos y físicos que aparecen en una persona si se retira de manera brusca el consumo de estos medicamentos. En este post exploramos más acerca de la duración del síndrome de abstinencia a las benzociadepinas y cómo pueden dividirse sus efectos a corto y largo plazo.
En la actual situación de la psicofarmacología, las benzodiacepinas son los psicofármacos más prescritos por su eficacia y seguridad en el tratamiento de la ansiedad. Sobre todo, su auge se consolida a partir de los años 90 por la exploración de las propiedades ansiolíticas de los antidepresivos, en mayor medida los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y la venlafaxina.
Las benzodiacepinas calman o sedan a una persona por su facultad para elevar el nivel del neurotransmisor inhibitorio GABA en el cerebro. Las benzodiacepinas se diferencian fundamentalmente en 5 aspectos según sus efectos beneficiosos:
- Por su velocidad de absorción, que condiciona el inicio del efecto farmacológico.
- En la vida media de eliminación, que marca la duración de la acción.
- En la biotransformación hepática.
- En la potencia de acción.
- Por su capacidad de potenciar las acciones del GABA, que es el neurotransmisor inhibidor más abundante en el cerebro de los mamíferos. Como consecuencia, se producen las buscadas acciones de sedación, hipnosis, disminución de la ansiedad, relajación muscular, amnesia anterógrada y actividad anticonvulsiva.
¿Cuánto dura el síndrome de abstinencia de benzodiacepinas?
Respecto a la duración del síndrome de abstinencia a las benzodiacepinas, este dependerá del grado de dependencia que tenga cada persona y de los niveles de tolerancia que haya desarrollado en el tiempo de exposición al fármaco.
Como ya hemos comentado, las benzodiacepinas modulan al alza los receptores GABA, de forma que cuando se retira el fármaco bruscamente, hay una hiperactividad de este sistema que puede durar en torno a una media de 15 días.
Sin embargo, como pauta general hablamos de dos tipos de síndrome de abstinencia de las benzodiacepinas:
- A corto plazo. La persona experimenta los síntomas propios de dejar de consumir la sustancia. En este sentido, se recomienda una desintoxicación muy lenta y progresiva para minimizar estos efectos. Si se corta el tratamiento de forma brusca, los síntomas pueden puede durar hasta 15 días. Por este motivo, interesa pasar de benzodiacepinas de vida corta o media, a otras de vida larga (Diazepam y Tranxilium), llevando a cabo una pauta de retirada que pueda asimilar la persona.
- A largo plazo. Ocurre cuando, tras semanas o meses, se han dejado de consumir benzodiacepinas y pueden llegar a extenderse entre 1 y 2 años.
En ocasiones, la tolerancia o la carencia de efectos por la aplicación de dosis más bajas, provoca una medicación sobreabundante de benzodiacepinas que, unida a un determinado perfil psicológico del paciente, generan serias dificultades a la hora de su cese por el umbral de dependencia desarrollada. Entonces, se requiere una pauta de retirada supervisada por un equipo no solo médico y psiquiátrico, sino también psicoterapéutico: se ha podido desarrollar una adicción. Así se origina la adicción a las pastillas.
Efectos adversos y síntomas de la abstinencia de benzodiacepinas
Sin embargo, las benzodiacepinas poseen también importantes efectos adversos como, por ejemplo, la somnolencia y la sedación; así como la disminución del rendimiento psicomotor y ciertos cuadros confusionales, aunque también pueden aparecer mareos y ataxia. Pero, sin lugar a dudas, el principal efecto adverso es el fenómeno de dependencia.
Teniendo en cuenta cuáles son las benzodiacepinas más fuertes, salvo con la Buspirona, todos los agentes ansiolíticos, sedantes e hipnóticos exhiben propiedades de tolerancia y dependencia. Además, se desarrollan de forma rápida, tal y como ha contrastado la American Psychiatric Association (A.P.A., 1994).
Es decir, el uso habitual de las benzodiacepinas produce, en un margen reducido de tiempo, efectos cada vez menos intensos, manteniendo las mismas dosis del fármaco.
Si bien es cierto que la supresión repentina de la mayoría de los agentes sedantes, ansiolíticos e hipnóticos se acompañan de claros síntomas de retirada (ansiedad, agitación, insomnio, etc.), en el caso de las benzodiacepinas estos síntomas son la clara expresión del desarrollo de un cuadro de dependencia.
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