¿Es verdad que los adictos no quieren a nadie?
Estamos ante una de las preguntas que más llegan a hacerse las familias y seres queridos de las personas adictas. Si piensas que los adictos no quieren a nadie, este post te ayudará a entender mejor la complejidad de la situación y a empatizar con sus sentimientos.
Puede que hayas oído muchas veces la frase: «Los adictos no quieren a nadie». Incluso que lo hayas pensado, pero no es verdad que los adictos no quieran a nadie. Más bien todo lo contrario. Ana Díaz, la coordinadora terapéutica de los centros de desintoxicación Guadalsalus, con el primer centro femenino de adicciones de España, suele decir que «en nuestros grupos está el corazón más grande de cada casa». Y no es una forma romántica de expresarse. Lo normal es que sea así.
El adicto suele ser una persona extremadamente sensible, de gran corazón y generosidad, que no sabe gestionar la intensidad de sus emociones y busca evadirse del sufrimiento mediante el consumo de tóxicos.
Los sentimientos de un adicto: de la culpa a la vergüenza
Es importante recordar que las personas con adicción pueden estar luchando con sentimientos de culpa, vergüenza y desesperación, lo que puede parecer que no quieren a nadie. Sin embargo, el apoyo y el tratamiento adecuados pueden ayudar a las personas adictas a recuperarse y reconstruir relaciones significativas en sus vidas.
La adicción es un trastorno complejo y multifactorial que afecta a las personas de diferentes maneras, y sus efectos en las relaciones personales pueden variar ampliamente. Algunas personas que luchan con la adicción pueden, muchas veces a su pesar, distanciarse de sus seres queridos.
Esto se debe fundamentalmente a su comportamiento impulsivo y a veces desafiante, su progresivo aislamiento social o las consecuencias de sus acciones negativas relacionadas con la adicción. Sin embargo, esto no significa que no quieran a nadie.
Emociones y adicciones, la expresión del amor pasa a un segundo plano
Desafortunadamente, el Trastorno por Abuso de Sustancias entraña que la persona que lo padece va a centrar todas sus prioridades en la sustancia, esto es, en consumirla y en garantizar el próximo consumo. Es obvio deducir que esto comporta un empobrecimiento del campo de intereses previo en la vida del paciente: la familia, el desarrollo personal, la vida profesional, las inquietudes culturales, las relaciones sociales, el mantenimiento de una vida saludable…
En realidad, muchas personas adictas pueden amar profundamente a sus amigos y familiares, pero la adicción puede interferir en su capacidad para expresar ese amor de manera saludable y para mantener relaciones sólidas. Una opción es aprender algunas pautas para gestionar mejor tu relación con una persona adicta.
De hecho, la adicción tiene un profundo impacto negativo en las habilidades sociales y comunicativas de la persona que, sobre todo, deja de expresarse de manera sana y profunda. De hecho, muchos adictos rehabilitados dicen que, en su tratamiento, por encima de todo, han aprendido a comunicarse y a expresar sus emociones de manera adecuada.
La adicción es un trastorno que requiere tratamiento y apoyo, y muchas personas adictas buscan la recuperación y la reconciliación con sus seres queridos. El apoyo de la familia es fundamental en una rehabilitación, puesto que el sistema familiar entero ha sufrido de muchas formas distintas los efectos del trastorno adictivo.
No es cierto que todos los adictos no quieran a nadie. Lo cierto es que a veces hay que ayudar a personas con un gran corazón a salvarse de ellos mismos.
Desde Guadalsalus trabajamos con la evidencia científica y en una atención personalizada que ayude a conseguir los objetivos propuestos en nuestros centros de desintoxicación. En Guadalsalus tratamos la adicción con tratamientos diferenciados por sexo en ingreso y de forma ambulatoria, con la tasa de rehabilitaciones más alta de Andalucía y una de las cinco primeras de España. Llama a nuestro teléfono 954 353 954 y pide información. Nuestra primera cita es gratuita. En Guadalsalus sabemos cómo ayudarte.